viernes, 18 de octubre de 2013

Sueño de una pervertida 01

Anoche estaba soñando con "él". Yo no lo conozco en la vida real, pero sé que en mi sueño éramos muy cercanos.
Él bajó del auto, me abrió la puerta para que yo también pudiera salir. Era una noche calurosa, así que el vestido negro escotado había sido una buena elección para salir a cenar con aquél hombre, que yo sé que era bien parecido pero ahora ya no recuerdo su rostro.
Después de una gran cena, llena de risas, pláticas profundas y discusiones sobre temáticas de literatura, nos dispusimos a vagar un rato por lo que parecía un pequeño sendero boscoso.
Todo me pasó tan veloz. De un momento a otro el tipo me tomaba por la cintura para luego besarme en la clásica y cursi posición del beso de película. Iba acariciando mi cabello, como arrullándome, besando con mucha delicadeza mis hombros, como si se fueran a romper. Tenía un aroma delicioso pero muy sutil. Era atrayente la situación, así que me dejé llevar.

Pronto me sentiría como la típica chica tímida en su primera vez. Me temblaba el cuerpo de miedo, aunque sintiera las ganas de ser suya, más no pude negarme.
Y como en todo sueño, de repente la escena se había trasladado a otro lado abruptamente. Ahora estaba encima suyo, acariciando su torso desnudo de una manera muy tierna, como si tuviéramos un vínculo muy estrecho de confianza.
De nuevo todo muy rápido. Ya estábamos uniendo nuestros cuerpos, tan cursi como todo lo anterior. Él sólo se preocupaba porque yo disfrutara, yo sabía que era recíproco aquel intercambio de sensaciones que nunca han pasado.

Por un momento sentí todo aquello tan real que podía sentir su calor corporal, el latido de su corazón cada vez que me acercaba a su pecho, el roce de sus delicados dedos contra cada rincón sensible de mi cuerpo, todo era tan tangible que era todavía más excitante.

Lo que aconteció posteriormente fue lo que hizo que este sueño me quedara tan marcado: él me tomaba de la cadera, fuertemente arremetió contra mí y supe que lo que hizo después de eso fue lo más exquisito y formidable que he experimentado en la vida... Tanto que mi orgasmo de "ensueño" pasó a ser realidad en el momento en que terminamos corriéndonos al unísono y yo iba despertando a la mañana siguiente, curiosamente en el mismo instante de ese placentero clímax...
Sinceramente, ha sido la mejor manera de despertar y aunque todo fue mero sueño, ha sido de los mejores que he tenido.

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